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El testimonio

Ministrando Al Mundo: Testimonio
Todos necesitarán comprender:
•El plan... LO QUE se hará
•El propósito... POR QUÉ se hará
•El procedimiento... CÓMO se hará
•La gente... QUIÉN lo hará
•El lugar... DÓNDE se hará
•El programa… CUÁNDO se hará.
Jesús dijo a Sus discípulos que al final de la época el mundo se enfrentaría con un tiempo de gran tribulación y dificultad. El miedo, el odio y la codicia, harían que las naciones guerrearan entre sí. Los "últimos días" serán, ciertamente, días tenebrosos (Lea Mateo 24 y Lucas 21).
"Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria” (Isaías 60:2).
No obstante, existe una esperanza brillante para la Iglesia cristiana. Las Escrituras señalan también que en los últimos días, Dios "Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne… Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" (Hechos 2:17,21).
Esto nos enseña que más personas escucharán el evangelio y se salvarán en esa hora tenebrosa más que en ninguna otra época de la historia. Va a haber un gran avivamiento al fin del tiempo, cuando la luz del evangelio brille en la oscuridad de un mundo que muere.
Dios siempre da una "advertencia" y un "testimonio" antes de las épocas de gran juicio. "Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca" (Apocalipsis 2:16).
Por esta razón, Dios desea unir a la Iglesia en Su adoración, trabajo, guerra y testimonio. El avivamiento vendrá sólo cuando el poder y la gloria de Cristo sean revelados por Su Cuerpo en todo el mundo.
"Mas no ruego solamente por éstos...para que todos sean uno para que el mundo crea que Tú me enviaste…Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Juan 17:20,21; Mateo 24:14).
A. RECONCILIACIÓN: EL PLAN DE DIOS / NUESTRA MISIÓN

"Reconciliación" es una palabra hermosa y maravillosa. Significa juntar en paz a todos los que han roto la comunión entre sí.
Cuando el hombre pecó, se opuso a Dios y se colocó bajo el control de Su enemigo: Satanás. Desobedecer a Dios es pecar. El pecado nos separa de Dios y nos convierte en Sus enemigos.
Dios, en Su gracia, desea perdonar nuestros pecados y traernos de vuelta a Su familia. En resumen, desea que nos "reconciliemos" con Él y que estemos en paz con Él. Por eso envió a Su Hijo al mundo: a morir por nuestros pecados. Dios desea ser nuestro Padre; desea ser nuestro amigo.
Sí, la reconciliación es una palabra llena de maravillosa santidad. Es hablada desde el mismo corazón de Dios. Nos habla de Su amor y gracia hacia toda la humanidad. Habla de Su deseo de traer a todas las naciones del mundo hacia Sí mismo.
Las naciones están formadas de gente. Y Dios ama a la gente, incluso a la gente que ha pecado y que ha actuado según su propia voluntad y manera. A través del pecado, el hombre perdió su relación con Dios y se convirtió en Su enemigo. A través de Cristo, Dios busca juntar de nuevo a todo el mundo en una relación correcta con Él Mismo.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
Dios reveló al Apóstol Pablo Su gran amor por las naciones del mundo. Además, colocó ese mismo amor en el propio corazón de Pablo. Escuchen cuidadosamente estas palabras escritas a la iglesia de Corinto:
"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios" (2 Corintios 5:18-20).
Verdaderamente, este es el plan de Dios para las naciones: que se reconcilien con Él. El propósito de Dios ha sido siempre tener una familia con todas las razas del mundo. Desea gente que le conozca, ame, adore y sirva con todo su ser. Nunca ha cambiado de opinión; ese es todavía el deseo profundo de Su corazón.
1. Hombres Con Una Misión
El Libro de los Hechos es la historia de hombres con la misión de alcanzar al mundo para Cristo. En los primeros capítulos del libro encontramos hombres que son elegidos, llamados y preparados para su tarea.
El Señor les dio el tiempo y la educación necesarias para "crecer" en el fruto del Espíritu, y "sobresalir" en los dones espirituales. Este tiempo de crecimiento implicaba un ministerio para con el Señor y un ministerio de los unos para con los otros. Llegó finalmente el tiempo en el cual fueron equipados para servir al mundo.
Su historia es la de hombres ordinarios que fueron utilizados de manera extraordinaria. Hombres pequeños, pero con un Dios grande en una gloriosa misión: la de alcanzar al mundo para Cristo.
Los capítulos 7 y 8 de Hechos registran cómo empezó el primer movimiento misionero en la Iglesia cristiana.
a. Esteban: Un Mártir. El Capítulo Siete es una historia acerca de un laico llamado Esteban. Recuerde que era uno de los siete elegidos para servir las mesas. Se convirtió en un gran hombre de fe y realizó muchas señales y maravillas entre la gente. Fue también un fuerte defensor de la fe, y se convirtió en el primer cristiano que dio su vida por Jesús. Esteban acumuló mucho de Dios en su corta vida de servicio para Él.
El Capítulo 7 marca un punto de cambio en el Libro de los Hechos. La acción ya no va a centralizarse principalmente en torno a los apóstoles en Jerusalén.
El plan de Dios de que "todo miembro sea un ministro" en la Iglesia de Cristo, seguirá adelante. Tendrá como resultado una "explosión evangelística", un bombardeo del evangelio que será visto y oído a lo largo y a lo ancho. El cómo sucede y quién está implicado en ello, constituye una lectura muy interesante.
b. Saulo: Un Perseguidor. Después de la muerte de Esteban, un hombre llamado Saulo entra en la historia, y la iglesia de Jerusalén nunca volverá a ser la misma. Dejemos que el registro hable por sí mismo:

"Saulo se alegró de la muerte de Esteban porque creía que merecía morir… Saulo entonces empezó a destruir la iglesia de una manera cruel y terrible. Iba de casa en casa sacando por la fuerza a hombres y mujeres y arrojándolos en prisión…
Como resultado, todos los cristianos – excepto los apóstoles – se vieron forzados a huir de Jerusalén. Se esparcieron por las regiones cercanas de Judea y Samaria. Por todas las partes que iban, anunciaban y predicaban la Palabra – las buenas nuevas del evangelio" (Hechos 8:1,3,4).
Resulta bastante claro que todos hacen ahora lo propio. Ya no pueden mirar a los apóstoles en busca de dirección o ayuda.
¿Habían ellos sido educados y preparados de manera apropiada para los días duros y difíciles que vendrían en el futuro? ¿Podrían ellos funcionar sin los dirigentes en Jerusalén? ¿Había destruido Saulo a la única iglesia neo-testamentaria jamás en existencia?
El trato cruel que se establece para destruir a un grupo especial de gente es denominado "persecución".
¿Tuvo Saulo éxito en tales esfuerzos contra sus víctimas indefensas? ¿Habían llenado los fuegos de la persecución los corazones de los creyentes atemorizados? ¿Se atreverían a testificar acerca de su Señor?
La Escritura nos da la respuesta de una manera muy clara. "Predicaban la palabra por todos los lugares que iban". Saulo había cometido la mayor equivocación de su vida. Había ido no sólo contra la Iglesia del Cristo viviente, sino también contra el Cristo de la Iglesia viviente.
En su esfuerzo por extinguir el fuego del Espíritu en Jerusalén, tuvo sólo éxito en extender y empezar fuegos en todas las partes de la región.
Sí, los apóstoles habían hecho un buen trabajo: "equipar a los santos para el servicio". Les habían enseñado cómo orar y predicar por sí mismos, a escuchar y obedecer la voz de Dios. Por lo tanto, cuando llegó el momento, la iglesia de Jerusalén estaba lista para llevar su testimonio a "y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:8).
Dios les bendiga,
Pastor Alfonso Mendoza Jr.
Ministerio Santidad A Jehová
El testimonio Reviewed by RabwinparaCristo on septiembre 14, 2017 Rating: 5

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