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La LLave Para Una Vida Fructífera Ser/Sentimientos




Es importante que veamos que el fruto del Espíritu nos dice lo que Cristo “es”. Estas son cualidades de Su “ser”.

Cristo no solo es amoroso, sino también amor. No solo es alegre; es gozo. No solo es pacífico, mas también paz. Cuando tenemos a Cristo en nuestro interior tenemos el amor, el gozo y la paz que es Cristo. Por lo tanto, como resultado de lo que tenemos y de lo que somos en El, también podemos ser amorosos, alegres y pacíficos. Tomemos el fruto del gozo como un ejemplo. Tenemos gozo a pesar de si nos gusta o no, pues tenemos a Cristo en nuestro interior. El dijo que nunca nos dejaría ni nos abandonaría, tampoco lo hará Su gozo. La sensación o la emoción del gozo sigue a nuestra fe en ese hecho. Es la respuesta emocional a la realidad espiritual. El gozo del Señor es nuestra fortaleza, y procede de Él Mismo.

El fruto del gozo puede ser expresado de maneras diferentes. A veces puede ser muy brillante, alto y vivo. La gente puede cantar, gritar y reír; “11Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. 12Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre”(Salmos 30:11–12).

Dificultades Traen El Mejor Fruto

Esto nos lleva a otra verdad acerca del fruto del Espíritu. Crece mejor en el suelo difícil de nuestras vidas diarias.

Nos enfrentamos con muchas cosas cada dia que se encuentran opuestas a nuestra vida en Cristo. En lugar de amor, nos encontramos con el odio y la hostilidad. En lugar de gozo, nos encontramos con la tristeza, el pesar y la pena. En lugar de paz encontramos presión, tensión, discordia y contienda. Estas fuerzas oscuras penetran en la gente, los lugares y eventos de nuestros asuntos terrenales.

A veces desearíamos echar a correr y escapar de todo eso. Usualmente no podemos hacerlo, e incluso si pudiéramos, no nos produciría el alivio que deseamos. Esto resulta muy cierto si parte del problema es resultado de nuestras propias actitudes y acciones.

No obstante, Dios tiene una respuesta. La mayoría de nuestros problemas internos o externos son causados por fuerzas que se oponen al fruto del Espíritu. Podemos llamar a estas fuerzas el fruto de la “carne”, nuestra vieja naturaleza pecaminosa.


Fruto del Espíritu contra Fruto De La Carne

·         Fruto del Espíritu Amor- Fruto De La Carne odio, egoísmo, celos, resentimiento.
·         Fruto del Espíritu Gozo- Fruto De La Carne tristeza, pena depresión, autocompasión.
·         Fruto del Espíritu Paz- Fruto De L
a Carne pesar, miedo, contienda, conflicto, tensión.
·         Fruto del Espíritu Paciencia- Fruto De La Carne impaciencia, apresuramiento, temperamento irascible.
·         Fruto del Espíritu Benignidad- Fruto De La Carne crueldad, rudeza, aspereza, desconsideraciones, dureza.
·         Fruto del Espíritu Bondad- Fruto De La Carne maldad, iniquidad, inmoralidad, avaricia, codicia.
·         Fruto del Espíritu Fidelidad- Fruto De La Carne descuido, falta de confianza, deshonestidad, deslealtad.
·         Fruto del Espíritu Mansedumbre- Fruto De La Carne orgullo, dogmatismo, imposibilidad de ser enseñado, de actitud criticadora (juzgadora).
·         Fruto del Espíritu Templanza- Fruto De La Carne ingobernabilidad, falta de disciplina, rebeldía, flojo de voluntad.


Jesús siempre produce el fruto de "vida": el fruto del Espíritu. Satanás siempre produce el fruto de "muerte": fruto de la carne. Escogemos de qué árbol comeremos.

En tiempos de dificultad, a menudo somos tentados para reaccionar en armonía con nuestra vieja naturaleza pecaminosa. Si lo hacemos, estamos comiendo del árbol equivocado. Sólo traerá una nube de oscuridad y muerte sobre nosotros, y sobre otros. Además, cuanto más comemos, más deseamos y peor nos ponemos.

En ocasiones, estos rasgos mortales se quedan fijados en nuestro carácter. Cuando sucede esto, nos parecemos y actuamos más como el diablo que como el Señor.

El cuadro más triste en el mundo es el de un cristiano derrotado. Tiene la vida de Cristo en su interior, pero el Espíritu de Dios se ve enormemente contristado. Como resultado, la gloria del Señor ya no brilla sobre su rostro, sólo se pueden ver las sombras.

La historia puede ser diferente, muy diferente.

Los tiempos de dificultad, pueden ser también tiempos de gran crecimiento en Cristo. Si miramos a la vida y al poder de Su Espíritu en el interior, podemos llegar a ser fuertes en nuestras áreas de debilidad.

La luz siempre vence a la oscuridad. Lo oscuro no puede apagar la luz. Una vela puede quitar la oscuridad de una habitación entera.

Esto mismo es cierto en el ámbito del Espíritu. La luz del amor de Dios puede expulsar las sombras oscuras del miedo, la cólera y el pesar. De Hecho, el mejor fruto del Espíritu de Dios, puede desarrollarse en los tiempos más difíciles. En el terreno de nuestra debilidad, Él perfecciona su fuerza. Su amor crece mejor cuando estamos en un escenario desagradable.
Nuestra reacción natural en tiempos malos es devolver el golpe con ira o miedo. El Espíritu Santo, sin embargo, busca vencer el mal con el bien.

Cuando nos sometemos al Espíritu, el amor de Dios se hace más fuerte en nuestras vidas. Nos convertimos en mejores cristianos y nos parecemos más a Jesús en nuestro carácter.  Su gloria descansa sobre nuestras vidas y nos convertimos en una bendición para Dios, para los otros e incluso para nosotros mismos.

A.
El "Aguijón" De Pablo. Esta verdad acerca de la edificación del carácter cristiano, es vista en la vida del apóstol Pablo. Le había sido dado un "aguijón en la carne" para mantenerlo humilde. Fuera lo que fuese, le causó mucho dolor y dificultad.

Tres veces pidió al Señor que se lo quitara, pero se lo negó en todas.

¿Por qué permitió Dios que algo tan doloroso fuera parte de la vida y ministerio de Pablo? ¿Por qué no se lo quitó cuando Pablo oró? La respuesta es sencilla. Dios tenía algo mejor en mente, algo sobre lo que el ministerio futuro de Pablo podría descansar con seguridad. Pablo dispone esta verdad ante nosotros con estas palabras:
"9Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.  10Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Corintios 12:9,10).

El principio del crecimiento de los frutos buenos se ve claramente. Crece mejor en un terreno de "condiciones contrarias", la gente y los lugares que son opuestos al fruto delEspíritu.
Fue del suelo de la "debilidad" de Pablo de donde pudo desarrollarse el fruto de la "fuerza” Dios.

Es del terreno de nuestra tristeza y contrariedad y odio de otros, que el fresco y buen fruto del amor, el gozo y la paz pueden venir.

B. Nuestro Bien / Su Gloria. Sí, Dios permite que cierto grado de dolor, sufrimiento y dificultad, alcancen nuestras vidas. Pero ha prometido que no se desperdiciara nada. Todo actuará conjuntamente para nuestro bien y Su Gloria.

Ese "bien" y esa "gloria" es el carácter de Cristo. Nuestro ministerio hacia Él, hacia la Iglesia y hacia el mundo, verdaderamente requiere el fruto del Espíritu en nuestras vidas.

La falta de carácter cristiano es la principal razón del fracaso en el ministerio de la Iglesia. Un ministro puede ser "llamado", "dotado altamente" e incluso puede tener "éxito" en su ministerio durante algún tiempo; pero no durará mucho apartado del carácter de Cristo.

El fruto del Espíritu es el fundamento de un ministerio fuerte, firme y sólido para Dios. Fue cierto en el caso del Apóstol Pablo; es cierto con referencia a nosotros hoy en día.

"3Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:3-5).

Dejemos que el fruto del Espíritu crezca en su rama. Si lo hace así, usted también será fructífero en su ministerio para con el Señor, para con nosotros y para con el mundo.

QUE DIOS  LOS BENDIGA

Pastor Alfonso Mendoza Jr.
Ministerio Santidad A Jehová

La LLave Para Una Vida Fructífera Ser/Sentimientos Reviewed by RabwinparaCristo on junio 26, 2017 Rating: 5

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