Riquezas miserables
Es interesante leer el mensaje de Jesucristo a las siete Iglesias, en la revelación de Juan (Apocalipsis), la amonestación para cada una es “el que venciere”, y las recompensas prometidas son cosas como: “le darĆ© de comer del Ć”rbol de la vida”, “le darĆ© la corona de la vida”, “serĆ” vestido de vestiduras blancas”, “lo harĆ© columna en el templo de mi Dios”, “no borrarĆ© su nombre del libro de la vida”, “le darĆ© que se siente conmigo en mi trono”, etc.
Ninguna promesa de cosas tangibles, valiosas, oro, joyas, bienes materiales, una casa de oro, algo que brille y los distinga.
A veces confundimos las bendiciones de Dios con lo material, si, hay muchos que se entusiasman porque un dĆa en el cielo caminaran por calles de oro, y entraran por puertas de perlas, se olvidan que aquellos hombres a quienes les era revelado, no tenĆan otros elementos de comparación para lo que veĆan, era su forma de describirlo, no habrĆ” oro, plata, ni perlas en el cielo, los valores serĆ”n otros.
una vieja historia cuenta que un peregrino que iba de viaje llegó buscando hospedaje a una cabaƱa cerca del camino, allĆ vivĆan tres hermanos cazadores que accedieron con gusto recibir al hombre, compartieron la cena y le brindaron una cama limpia para pasar la noche, al otro dĆa dispuesto a seguir su viaje quiso mostrar su gratitud con los dueƱos de casa, sacó de su equipaje tres hermosas fuentes, y les obsequió una a cada hermano, a uno de ellos le tocó una fuente de cristal, al otro una de metal dorado, y al tercero una de madera labrada, se despidió y se alejó por el camino.
ParecĆa que el mĆ”s favorecido era aquel que recibió la fuente de cristal, y el menos favorecido el que recibió la de madera.
Pasaron casi diez aƱos y el caminante volvió a visitar a los hermanos, luego de cenar, les preguntó por las fuentes, lamentablemente la de cristal se habĆa roto, la de metal dorado estaba toda manchada, el tiempo la habĆa ennegrecido, la Ćŗnica que permanecĆa inalterable era la de madera.
Lo que nos parece valioso no lo es delante de Dios, hay muchos que les tocó la fuente de cristal o la dorada y creen como la Iglesia de Laodicea que son ricos y estÔn enriquecidos, y en realidad son pobres y miserables.
Riquezas miserables
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abril 26, 2017
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