Derribemos los templos que nos impiden avanzar

Un día hace ya más de cuatro años un gran amigo me contó que sentía que su vida comenzaba a derrumbarse porque su amada habia decidido irse a otras tierras,  se sentía abandonado.  El amor que ella sentía por sus hijos no fue suficiente para mantenerlos unidos, eso fue lo que pasó por mi cabeza.

Durante años,  la había amado fielmente, pero ahora ella había confesado que se iba. Al cabo de un año le confesó que tenia una relación amorosa con un Pastor viudo y que, por tanto, ya no le quería como antes. Ella se marchó del hogar sin saber si algún día volvería,  y allí estaba él, perdiendo a la mujer que amaba, con un futuro incierto y en medio de pensamientos desesperanzados que envolvían todo su ser.

¿Qué hacer cuando todo lo que amas ya no está más?  ¿Qué sucede cuando sientes que has perdido todo lo que era de gran valor moral y que, en un instante, se derrumba? Puede ser tu hogar, tus hijos, tu trabajo y hasta tu propia vida, cuando llega la noticia de que padeces una enfermedad terminal y ves tus sueños destruidos repentinamente.  El caos llega y la crisis aumenta.  En casos como estos ¿a quién acudes?, ¿en quién confias? , ¿podrás mantener tu fe en medio de la nada?
La angustia y la desesperación son características del hombre postmoderno de hoy, que se cree independiente,  autosuficiente, y busca resolver sus problemas por sus propios medios pero, al ver que se hunde irremediablemente por las tempestades de la vida hasta tocar el fondo, descubre que sus esfuerzos son inútiles y que se encuentra irremediablemente perdido. Entonces, y solo entonces, clama por auxilio.
Para Jesús,  esta situación del ser humano no es nueva. Un día, mientras sus discipulos navegaban por el mar de Galilea, enfrentaron una tormenta con vientos contrarios hacia donde ellos remaban. Los hombres ya estaban agotados por haber remado durante varias horas; la barca, fuertemente sacudida por la terrible tempestad, estaba a punto de hundirse,  y entonces, en medio de la oscuridad de la noche, apareció Jesús. El registro bíblico lo relata así: "Más a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló,  dicendo: ¡Tened ánimo;  yo soy, no temáis!  (Mateo 14:25-27)

Estas palabras también son para ti: ¡Ten ánimo! ..
¡No temas! Es Dios quien está en medio del mar de sus problemas. ¡No tengas miedo! Miralo a través de la tempestad. Dios está allí,  esperando que confies en Él ¿Estas cansado de luchar? ¿Se está hundiendo tu vida? ¿Se han desrrumbado tus sueños?  ¡Espera!  En medio de la nada, puede aparecer Jesús caminando por el mar para encontrarse contigo. "No temas, porque yo estoy contigo;  no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;  siempre te ayudaré,  siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de su mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo" Isaias 41:10, 13

Querido amigo,  a pesar de que las cosas en las que has colocado tu fe, y aun la esperanza en esta vida, pueden desrrumbarte y hundir tu embarcación,  la intención de estas líneas es que sepaa que puedes confiar y apoyarte en quien es Todopoderoso, que además es Omnisciente porque todo lo sabe, quien no tiene mudanza ni variación: nuestro Señor Jesucristo.

Tal vez los cimientos de tu fe serán conmovidos, algunos esquemas mentales serán desafiados a cambiar pero,  al final de este viaje juntos, tu fe se aferrará a un Cristo real, vivo y amante, que cuida de sus hijos, sin importar donde estén y las circunstancias que estén pasando en tu vida.

Te invito a caminar por fe, aunque la angustia y el dolor estén presente en tu vida hoy, acercate a Dios para entrar en una relación más estrecha con Él,  y experimentar la transformación total que el Señor quiere realizar en ti.

El templo es una edificación construida para la adoración a Dios. No obstante en sentido figurado, tenemos templos en otros elementos de nuestra vida: el trabajo,  la familia, un negocio,  el status social y otros más.  Edificamos templos donde colocamos nuestras esperanzas, nuestros sueños, en lo que más luchamos y nos esforzamos por mantener.  Estos templos pueden ser derribados en cualquier momento,  inesperadamente.  En esos casos ¿qué hacemos? ¿en quién confiamos?

Yo he tenido templos en mi vida que se han desrrumbado donde había sueños y esperanzaa; pero en pocos días he entendido que la Biblia dice que hay Uno que puede y quiere ayudarme y es digno de toda nuestra confianza. Para Él, no hay barreras que le impidan relacionarse con el hombre. Él trasciende el tiempo, así como lo hizo antes con otros, puede hacer contigo y conmigo ahora. Cristo es el mismp ayer, hoy y por los siglos.

Derribemos los templos para obtener una Fe inconmovible.